La juventud cruceña ha asumido una cultura asociacionista, dirigida principalmente al ámbito social y farandulero. Obviamente, no desprecio estos pasatiempos, pero concentrarse exclusivamente en ellos, es una ociosidad.
Se agrupan con la finalidad de liberar catarsis sin juicio ni beneficio, y se desenvuelven en su cotidiano vivir sumergidos en una espesa burbuja ajena a la realidad de su entorno y despreocupándose de su superación y desarrollo personal.
Como mencionó El Deber en alguno de sus editoriales, la juventud inconforme no puede concebir estar agrupados en una sola institución; por el contrario su actitud gregaria los lleva a creer que mientras mas organizaciones fundan o en mas se adscriben lograran alcanzar un auténtico y/o integral liderazgo. Más lo único que obtendrán es una agenda repleta de compromisos sociales.
Debido a los pobres liderazgos de sus instituciones, carentes de principios y valores humanos, su concurso en el ámbito político, es superfluo, valiendo solo para los candidatos su intervención alborotadora. En este ejemplo cito a mi dilecto amigo Enrique Fernández al señalar la participación de nuestros congéneres en estas lides con “alocuciones recargadas de frases demagógicas y sin una línea doctrinaria definida”.
Esta visión multiplicadora de instituciones juveniles, es tan funesta que ni siquiera permite -luego de constituidas todas- una iniciativa común que les permita afrontar una demanda generacional con mayor vigor y representatividad en los estratos sociales, económicos y políticos. Sumergidos todos, en sus banalidades, en sus estatutos y en su excepcional forma de pensar, encausan “al fósforo” propuestas tan débiles que se desintegran en el éter.
Esta es la juventud apática y taciturna que impera en nuestra comunidad y que transita sin aspiraciones y visión alguna hacia los extenuantes días de fiesta y camaradería.
Lo que los jóvenes necesitan, hoy mas que nunca, es una participación activa y detonante en las diferentes áreas de nuestra sociedad, con acciones que permitan un ideal común, con gestiones conjuntas que alcancen los niveles y presencia esperados; ¡hoy podemos ser ese presente que Santa Cruz y Bolivia necesita!. Es ahora cuando la juventud debe buscar de manera organizada y laboriosa mejores oportunidades y mayores espacios de representación.
Por mí, publicado en el periódico El Deber. 2005
viernes, 13 de julio de 2007
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1 comentario:
estimados amigos:
me agaradaria mucho que me envien constantemente todas las publicaciones y comentarios....FITO
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